Cuando la policía atrapó a sus dueños por un homicidio, “Brisia”, una perra raza San Bernardo, quedó abandonada dentro de un departamento ubicado en el Centro Histórico.
Hace ya casi un mes de que eso ocurrió y desde entonces el animal ha sobrevivido gracias a que a través de una ventana rota, vecinos le arrojan restos de comida o huesos de res y pollo.
Desde esa ventana, donde pasa la mayor parte del día, la perra también bebe agua cuando llueve. A mediados de septiembre pasado, agentes de la Policía de Investigación de la procuraduría capitalina capturaron a algunos de los integrantes de la familia Mendoza Vargas, quienes hace una década invadieron un edificio ubicado en número 73 de la calle López casi esquina con avenida Ayuntamiento
El Ministerio Público acreditó que mataron a golpes a un joven de 23 años, originario de Chiapas, al que le rentaban uno de los cuartos del edificio.
La agresión ocurrió el 28 de junio pasado cuando Ángel Martín Luna Martínez fue golpeado al regresar al edificio.
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Aparentemente sus caseros lo agredieron porque llegó tarde al inmueble e interrumpió una fiesta que llevaban a cabo. Después de patearlo lo sacaron a la calle, donde lo dejaron abandonado.
La víctima fue llevada al Hospital General de Balbuena, donde falleció después de 22 días de estar internado a consecuencia de un traumatismo craneoencefálico.
Durante la investigación, agentes de la PGJDF supieron que se trataba de un edificio invadido desde hace más de una década y que era controlado por una familia que rentaba cuartos a personas originarias de provincia y que sobreviven elaborando y vendiendo artesanías.
Ellos les indicaron a los agentes que los integrantes de esa familia solían golpearlos cuando se atrasaban con el pago de la renta. Además les robaban el dinero de la venta de sus artesanías.
Con información de El Universal
