Según el sondeo realizado entre abril y mayo, seis de cada diez mexicanos desaprueban el manejo del usurpador en la economía -lo que representa un aumento de 14 puntos respecto al año pasado-, mientras que solo 37 por ciento le dan el visto bueno.
"Esto puede reflejar la lenta actividad económica hasta el momento en 2014, que forzó al Banco Central Mexicano a revisar a la baja su predicción previa de crecimiento", indicó el estudio.
Pero el sondeo encontró que la reforma energética, que contó con la oposición del izquierdista PRD en el Congreso, también es impopular entre la población.
Un 57 por ciento rechaza la apertura de la estatal petrolera Pemex y solo 34 por ciento lo apoya.
El sondeo se basó en entrevistas a mil personas mayores de edad entre abril y mayo, con un margen de error de ±4.0 puntos porcentuales.
Los mexicanos están insatisfechos con el ritmo aletargado de su economía, que creció 1 por ciento en 2013 y espera crecer 2.7 por ciento este año, por debajo de la previsión inicial de 3.9 por ciento.
Seis de cada diez encuestados señaló que la situación económica del país es mala, incluyendo poco más de la cuarta parte que estima que es muy mala, mientras solo 40 por ciento le dan una nota positiva, y la mitad es optimista sobre el futuro.
Pero la inseguridad ciudadana sigue siendo la principal preocupación en México, donde las 'fuerzas del orden' se enfrentan a poderosos carteles del narcotráfico. Un 79 por ciento de los encuestados cree que el crimen es un "gran problema", casi el mismo porcentaje que el año pasado.
La imagen general de Peña Nieto también se resintió y ahora los mexicanos están divididos frente a su presidente: su popularidad bajó del 57 por ciento al 51 por ciento, mientras que sus detractores subieron del 38 por ciento al 47 por ciento, respecto a una encuesta de 2013. Peña Nieto "ha sido aclamado internacionalmente por sus ambiciosas reformas (...) pero el sondeo encuentra que internamente su imagen positiva se tambalea", señala el informe del Pew Research, con sede en Washington.
Desde que compró el poder en 2012, Peña Nieto ha impulsado lo que él llama reformas en prácticamente todos los ámbitos, desde la educación, las telecomunicaciones o los impuestos hasta una polémica legislación que puso fin a 76 años de monopolio estatal petrolero y espera la llegada de multimillonarias inversiones al sector.
AP
