“No hay institución más democrática que la tele, puedes cambiar de canal cuando quieras. La gente me quiere”, afirmó Bozzo.
De acuerdo con el diario, a las 3 de la tarde 30% de los mexicanos sintonizan el mismo programa de televisión, es decir, unas 24 millones de personas. Hasta ahora Laura cuenta con más de 800 programas emitidos.
El camerino de Bozzo está decorado, sobre todo, con imágenes de la Virgen de Guadalupe. Sus asistentes no se pueden distraer, en cualquier momento Laura dirá el nombre de alguno en voz alta y tendrán que correr. Sin tapujo alguno comenta que pidió a Televisa un ático en Acapulco al firmar su primer contrato, para explicar que a las estrellas se les paga una millonada en dicha empresa. Habla con aparente sinceridad, a diferencia de un político, ella responde con frases controvertidas lo que da la sensación de transparencia. Tal vez su vida también es parte de un gran show.
Su éxito se debe a la gente y a una fuerza divina, afirma: “Dios me dio un don para enganchar con el pueblo, mi fuerza está en los niveles más populares, si fuera por los de arriba ya me habrían cortado la cabeza”.
Al preguntarle su opinión sobre la prohibición de su programa en algunos países como Ecuador, aseguró que esa es la prueba más grande de cuán importante es su voz: “Que importante soy que hasta un presidente habla de mí. […] Me tienen terror porque yo sí llego al pueblo. En mi programa sale todo tipo de gente: feos, pobres…soy la voz de los que no tienen voz”.
Finalmente, la presentadora afirmó: “Perú me mató y México me devolvió la vida”.
Fuente: Siete 24
