En Caracas, Venezuela, una maestra de preescolar utilizaba uno de los mayores tormentos para castigar a los alumnos de 3 y 4 años: una jeringa.
Es el momento en que la maestra le da un pinchazo a un alumno con una jeringa.
Las acciones de la profesora, quien fue denunciada por una de sus compañeras que trabajaba como suplente, subió un video a Facebook.
Ahora, ambas maestras enfrentan a un castigo de uno a tres años de cárcel por delitos de complicidad y trato cruel. Un defensor de los derechos humanos comentó que el castigo físico genera que cuando los niños crezcan, lleguen a convertirse en una amenaza.