El video de la fuga del narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán Loera, difundido sin audio por las autoridades mexicanas, sí tenía sonido y en éste se escuchan claramente golpes de metal contra el concreto, contradiciendo la versión del mismo peñismo de que 'se perforó con ácido'.
Así lo revela el peritaje realizado el 12 de julio por la Procuraduría General de México (PGR) a las imágenes y sonido captados por la cámara instalada en la celda de Guzmán.
Este análisis forma parte del expediente de la investigación correspondiente a la causa penal 48/2015, al que tuvo acceso la periodista mexicana Anabel Hernández. El archivo también incluye constancias ministeriales (informes) y las declaraciones de 18 testigos y empleados del penal de máxima seguridad de El Altiplano; tres de ellos se encuentran actualmente detenidos.
A las 20:50, El Chapo se levanta, estira el cobertor sobre la cama, va a la letrina y “se escuchan nuevamente golpes parecidos a los que son producidos por herramienta con concreto y metal dentro de la celda número 20 pasillo dos del área de Trámites Especiales”, según señala textualmente el informe de la PGR.Los peritos afirman que, en el video captado dentro de la celda, comienza a escucharse el golpeteo al menos desde las 20:45 de la noche. A esa hora, a Guzmán se le veía tendido en su cama.
Y a las 20:52 regresa a su cama, “se cambia de calzado y se dirige nuevamente la regadera donde se agacha y se desplaza hacia abajo observando que se cae una toalla recargada en la media barda que divide el área de la regadera, (y) ya no se vuelve a observar a Guzmán Loera en el video de la celda (…)”.
Así, El Chapo logra escaparse de una prisión de máxima seguridad por segunda vez. Luego, Guzmán recorre la celda de un extremo a otro, ingresa por primera vez a la regadera y se agacha, continúa el informe conseguido por la periodista mexicana.
Pese a la evidencia extraída del video, ninguno de los funcionarios de la policía federal y de la Centro de Investigaciones y de Seguridad Nacional (CISEN) interrogados por la PGR y presentes esa noche reconocieron haber escuchado ruidos de herramientas como los que describen los peritos. Algunos de ellos eran responsables directos de vigilar al narcotraficante.
El encargado de presentar al público las imágenes sin sonido, el comisionado nacional de seguridad, Monte Alejandro Rubido, había asegurado el día 14: “El comportamiento del interno el día de los hechos era, hasta ese momento, cotidiano, natural de un interno que pasa largas horas dentro de su celda”.
El volumen de la TV estaba alto
Uno de los custodios interrogados por la Procuraduría General sí mencionó haber escuchado algo inusual: el alto volumen del televisor portátil que Joaquín Guzmán Loera tenía en su celda.
Según señalan los documentos obtenidos por la periodista Anabel Hernández, el guardia Esteban Estrada Ramírez aseguró que a las 20:45 horas del sábado El Chapo Guzmán se encontraba acostado en su cama, arropado con un cobertor y tenía encendido su televisor con volumen muy alto, lo cual no estaría permitido por el reglamento del penal.
A esa misma hora, de acuerdo al testimonio de Estrada Ramírez, la enfermera Sandra Yáñez entró al pasillo dos del Área de Tratamientos Especiales de la cárcel para darle a Guzmán sus medicamentos.
¿Ruido de taladros?
Valentín Cárdenas, el director del penal del Altiplano, destituido de su cargo a raíz de la fuga de El Chapo, mencionó en su declaración que durante los tres meses previos a este episodio tres empresas estuvieron ejecutando obras en el interior del penal “causando mucho ruido”. Cárdenas describe que algunos de estos sonidos podían incluso “confundirse con disparos”.
En su testimonio, el exdirector del penal resaltó que dos de las empresas a cargo de las obras fueron contratadas por la policía federal y la tercera, por el Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (OADPRS) de la Comisión Nacional de Seguridad, que depende directamente de la Secretaría de Gobernación de México.
La celda de El Chapo
Otro de los testigos citados en el expediente de la investigación es el narcotraficante Teodoro García Simental, alias El Teo, detenido en enero de 2010 y acusado de ser el jefe de sicarios del cartel de los Arellano Félix, que opera en el estado de Baja California.
El Teo ocupa la celda número 3 ubicada en el pasillo 1 de la misma Área de Tratamientos Especiales donde estaba detenido El Chapo.
Según García Simental, 15 días antes de la fuga de Guzmán se escuchaba en el módulo un ruido excesivo “como que estaban taladrando o perforando cemento”. Los internos habrían reclamado a los custodios; estos respondieron que en el penal se estaban llevando a cabo trabajos de mantenimiento, pese a que “no se había visto a nadie del área de mantenimiento haciendo una compostura en tratamientos especiales”.
Fuente: El Diario NY