Su estilo distintivo ha influenciado a personajes como Martin Heidegger (1889-1976), Carl Jung (1875-1961), Adolfo Hitler (1889-1945), Karl Jaspers (1883-1969), Paul Tillich (1886-1965), H. P. Lovecraft (1890-1937), Julius Evola (1898-1974), Albert Camus (1913-1960) y Jean-Paul Sartre (1905-1980), entre otros.}
De acuerdo con el portal “filosofia.net”, Friedrich Wilhelm Nietzsche nació el 15 de octubre de 1844, en Röcken, Prusia, en el seno de una familia que lo educó en un ambiente religioso, ya que su abuelo y su padre eran pastores protestantes.
Cuando Nietzsche tenía cinco años enfrentó la muerte de su progenitor y pasó parte de su infancia en un hogar integrado por cinco mujeres: su madre Franziska, su hermana menor Elisabeth, su abuela materna y dos tías solteras.
Estudió filología clásica en las universidades de Bonn y Leipzig, y fue nombrado profesor de lingüística griega en la Universidad de Basilea con tan sólo 24 años, sin embargo, dejó la cátedra al decepcionarse por el academicismo universitario.
Según el portal “biografíasyvidas.com”, Nietzsche construyó una amistad con Richard Wagner (1813-1883), por quien sentía una profunda admiración, aunque posteriormente rompió su relación con él.
Influenciado por la obra de Wagner, Nietzsche escribió “El origen de la tragedia a partir del espíritu de la música”, obra inscrita en una primera etapa de su producción intelectual considerada como estética o romántica.
Las primeras preferencias de Nietzsche en el terreno de la filosofía giraron en torno al idealismo de Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831) y Arthur Schopenhauer (1788-1860).
En la segunda era de la producción de Nietzsche, se distingue su interés por la cultura griega, que impactó de gran manera en su filosofía. Estudió la obra de Platón (427a.C-347a.C.) y Aristóteles (384a.C.-322a.C.), y desarrolló especial predilección por las figuras de Sócrates (470a.C.-399a.C.) y Heráclito (540a.C.-475 a.C.).
Una tercera etapa fue la considerada de madurez, la cual terminó con su internamiento en Basilea en 1889, bajo síntomas de locura.
Sus mejores y más míticas obras datan de este periodo: “Así habló Zaratustra” (1883-1885), “Más allá del bien y del mal” (1886), “La genealogía de la moral” (1887), “El crepúsculo de los dioses” (1888), “El Anticristo” (1888), “Ecce Homo” (1889) y “La voluntad de poder” (1901).
Si bien en la actualidad se reconoce el valor de la obra de Nietzsche con independencia de su atormentada biografía, durante algún tiempo la crítica atribuyó el tono corrosivo de sus escritos a la enfermedad que padecía desde joven y que terminó por ocasionarle la locura.
Los últimos 11 años de su vida los pasó recluido, primero en un centro de Basilea y más tarde en otro de Naumburgo, Alemania.
Elisabeth Nietzsche, hermana del autor se hizo cargo de él en sus últimos años y permitió a la gente visitar a su hermano, quien ya se encontraba en un estado de demencia grave.
El 25 de agosto de 1900, Friedrich Nietzsche murió después de contraer neumonía. Por deseo de Elisabeth, fue inhumado junto a su padre en la iglesia de Röcken.
Tras su fallecimiento, su hermana manipuló sus escritos, aproximándolos al ideario del movimiento nazi, que no dudó en invocarlos como aval de su ideología. Sin embargo, el análisis exhaustivo de la obra de Nietzsche muestra la gran distancia que la separa de aquella ideología.
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