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martes, 23 de diciembre de 2014

Detienen al supuesto asesino de #Liverpool; existen serias dudas sobre el caso

Anon Hispano - 6:00 p.m.
Fue detenido el asesino de Angélica Trinidad Romero Severiano, empleada de la tienda departamental de Perisur ocurrido el 16 de noviembre.



 Fue posible identificar al probable responsable, de quien se sabe, mantenía una relación sentimental con la víctima, el sujeto mencionado responde al nombre de Marco Antonio Ochoa Almazán, quien se desempeñaba como auxiliar de mantenimiento al momento de los hechos”.

Fue apenas el lunes pasado, más de un mes después, que la empresa entregó los videos de vigilancia de la tienda a las autoridades y gracias a eso se observó como el asesino entró con la víctima a la bodega pero salió solo. Las autoridades descubrieron que ambos estuvieron bebiendo el día de los hechos.

 Cabe mencionar que varios testigos señalan que el probable responsable tenía aliento alcohólico, además que el resultado del dictamen en materia de química reveló que la occisa presentaba alto grado de alcohol en la sangre”.

Marco Antonio Ochoa es acusado de feminicidio y podría alcanzar una pena de 60 años de cárcel. Las autoridades buscan al médico Mariano Espinosa quien mintió al declarar que la mujer murió de un infarto y continúan investigando al apoderado legal y al gerente de la tienda, entre otros, para determinar quien intentó entorpecer las investigaciones…

“Tenemos 12 declaraciones, continúan declarando en este momento para verificar la alteración de la escena del crimen y por supuesto insisto en deslindar las responsabilidades correspondientes”.

Según testigos y el cotejo con los registros de entrada y salida del personal, se estableció que el inculpado ingresó a la tienda comercial el pasado 15 de noviembre, a las 14:28 horas, mientras que la víctima lo hizo a las 15:03 horas, con el fin de iniciar su jornada laboral.

Alrededor de las 17:30 horas, la víctima y Ochoa Almazán fueron vistos juntos con un carro de limpieza aseando diversas áreas del establecimiento.

De acuerdo con testimonios, aproximadamente a las 22:15 horas la mujer ingresó al cuarto de limpieza, seguida 10 minutos después por el detenido.

Supuestamente en ese lugar ingirieron bebidas alcohólicas y comenzaron a pelear. Él se lanzó contra ella y la estranguló.

Luego de 40 minutos del cuarto de aseo únicamente salió el probable responsable, quien se alejó del lugar de manera rápida y notoriamente nerviosa cerrando la puerta tras él.

A las 23:50 horas, el presunto responsable fue visto en el área de perfumería de la tienda, en donde tomó muestras rociándose gran cantidad de ellas.

Una empleada se le acercó para preguntarle por un compañero, a lo cual no contestó. La trabajadora se percató que en su respuesta Marco Antonio se mostraba sumamente nervioso y con prisa por retirarse del establecimiento.

Trabajadores de la tienda departamental que salieron de laborar después de medianoche no se percataron que Angélica Trinidad Romero Severiano saliera del cuarto de limpieza; se tuvo conocimiento de su deceso la madrugada del 16 de noviembre, al encontrarse su cadáver.

Testigos señalan que el probable responsable tenía aliento alcohólico, además que el resultado del dictamen en materia de química reveló que la víctima presentaba alto grado de alcohol en la sangre.

Las investigaciones continuarán con el fin de deslindar responsabilidades y aclarar el homicidio.

El caso ha estado plagado de irregularidades ya que los directivos de la tienda Liverpool inicialmente dijeron que Angélica había sufrido un paro cardiaco.

También les dijeron que no se preocuparan, que un médico particular pagado por la tienda ya había expedido el certificado de defunción que amparaba la muerte por un infarto fulminante y el cuerpo de Angélica ya se estaba preparando en una funeraria particular para la cremación. Todo con cargo a Liverpool.

Según contó Omar Robles, primo de Angélica, al portal La Izquierda Diario, al enterarse de la noticia los familiares se trasladaron de inmediato a la Funeraria Gris, en Tlalpan, donde tuvieron que pelear, literalmente, con los empleados para que les permitieran ver el cuerpo de la joven madre antes de cremarla.

Lo que descubrieron echó abajo el relato de los directivos de Liverpool que, hasta ese momento, se habían desvivido en atenciones hacia la familia.

Al retirar el maquillaje mortuorio sobre el cuerpo de Angélica, una de sus primas notó que tenía moretones en la cabeza, una herida profunda y rastros de violencia.

Luego descubrieron que el médico que extendió el certificado de defunción, además de haber consignado como causa de muerte un infarto fulminante, dio fe de que Angélica había muerto en su casa, no en la tienda.

Con todas esas inconsistencias, la familia solicitó la intervención del Ministerio Público de Tlalpan para que tomara conocimiento del caso, pero encontraron resistencia para que accediera a realizar la diligencia.

Finalmente lograron que el cadáver fuera llevado al Servicio Médico Forense del Distrito Federal y el diagnóstico fue completamente distinto al que les habían dado. Angélica presentaba heridas defensivas en el pecho y abdomen y se rechazó que hubiera muerto por infarto.

Agencias / Proceso / Reforma
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