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domingo, 28 de diciembre de 2014

Cientos de policías le vuelven la espalda al alcalde neoyorquino Di Blasio

Anon Hispano - 9:30 a.m.
Cientos de policías volvieron la espalda el sábado cuando habló el alcalde de Nueva York, frente a la iglesia donde se oficiaba el funeral de un agente hispano asesinado junto con su compañero.



La reacción de los agentes que seguían el funeral de Rafael Ramos en pantallas gigantes se sumó a declaraciones de dirigentes sindicales, quienes dijeron que el alcalde Bill de Blasio ayudó a generar un clima de desconfianza que condujo al asesinato de dos agentes.

Sin embargo, dentro de la Iglesia del Tabernáculo de Cristo, los dolientes brindaron a de Blasio un aplauso amable antes y después de sus palabras, dedicadas a Ramos y su compañero Wenjian Liu.

"Toda la ciudad está de luto por muchas razones", dijo de Blasio. "Pero la más personal es que hemos perdido a un hombre tan bueno y la familia está tan dolorida".

El sindicato policial dice que de Blasio ha fomentado los sentimientos antipoliciales al apoyar a los manifestantes furiosos porque los policías que mataron a Michael Brown en Ferguson, Missouri, y Eric Garner en Staten Island, Nueva York, no deberán responder por ello.

En el funeral, al que asistieron miles de policías de todo el país, el vicepresidente Joe Biden dijo que los asesinatos de Ramos y Liu "conmovieron el alma de toda la nación".

Fuera de la iglesia, miles de policías aplaudieron largamente cuando Biden dijo que el Departamento de policía de Nueva York era el mejor del mundo.

Los planes para el entierro de Liu aún no han sido anunciados.

Los dos agentes asesinados estaban sentados el 20 de diciembre en su patrulla, en una calle de Brooklyn, cuando fueron emboscados a disparos. Los investigadores han dicho que el agresor, Ismaaiyl Brinsley, estaba trastornado luego de haber herido a su ex novia en Baltimore ese mismo día.

Brinsley se suicidó poco después del ataque. En mensajes que subió a internet poco antes del crimen, Brinsley hizo referencias a la muerte de dos hombres negros desarmados —Michael Brown en Ferguson, Missouri y Eric Garner en Staten Island— a manos de dos policías blancos.

Ramos, de 40 años, casado y con dos hijos, se estaba preparando para ser pastor y tenía libros de estudio de la Biblia en su casillero, explicó su oficial superior.

Los sindicatos de policía han acusado a De Blasio de contribuir al clima de desconfianza hacia la policía tras las muertes de Brown y Garner. En un hospital después del tiroteo, el presidente del sindicato de policía, Patrick Lynch y otros agentes le volvieron la espalda al alcalde como muestra de rechazo. Lynch culpó entonces al alcalde de la muerte de los agentes y dijo que tenía sangre en las manos.

Unas semanas antes del tiroteo, Lynch propuso que los agentes firmasen una petición solicitando que el alcalde no acudiera a funerales de policías que murieran en su puesto.

El cardenal de la ciudad, Timothy Dolan y otras personas han intentado calmar los ánimos.

De Blasio expresó un firme apoyo a la policía desde el tiroteo, pidiendo a los manifestantes que detuvieran temporalmente sus protestas y elogiando a los agentes después de que el departamento de policía anunciara la séptima detención desde el tiroteo por amenazar a la policía.

El viernes, el alcalde visitó brevemente el velatorio de Ramos pero no hizo declaraciones. No hubo una reacción perceptible de los agentes a su llegada y la familia de Ramos ha dicho que da la bienvenida a la presencia del alcalde en el funeral.

Ramos y Liu fueron los primeros agentes que mueren en Nueva York en cumplimiento del deber en 2011.
Ambos fueron ascendidos de forma póstuma a detective de primera clase, dijo la policía.


AP
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AP