En The Vault, en Valley City, los clientes se sirven ellos mismos y dejan el dinero en el mostrador, mientras su dueño obtiene cada día un 15% de propinas
Si uno entra en la cafetería The Vault, en Valley City (Dakota del Norte), inmediatamente se dará cuenta de que algo inusual ocurre: no hay empleados de la tienda. Algo inusual en los tiempos que corren, pues este establecimiento se rige por una especie de código de honor de sus clientes.
«Lo sorprendente es que la gente ha sido muy honesta en todo este tiempo»
Cuando los clientes llegan a The Vault son ellos mismos los que tienen que prepararse el café o el té, servirse un pastel, unas patatas o un helado, para después mirar los precios y dejar el dinero en el mostrador a través de una ranura o pasar la tarjeta del banco por un lector, según informa «Huffington Post».
El establecimiento se abrió hace tres años y medio en el edificio de un antiguo banco. «Lo sorprendente es que la gente ha sido muy honesta en todo este tiempo», aseguraba David Brekke, dueño de la cafetería con su esposa, Kimberly, a la cadena KVRR. "Cuando al final del día compruebo cuento han consumido y cuanto dinero han depositado en la caja, compruebo que los clientes han sido un 15% más generosos», añade.
Por si no fuera poco, The Vault tiene otros atractivos para atraer a los clientes, como son sus dos pianos, sus obras de arte a la venta y una pequeña biblioteca.
Con información de ABC
Si uno entra en la cafetería The Vault, en Valley City (Dakota del Norte), inmediatamente se dará cuenta de que algo inusual ocurre: no hay empleados de la tienda. Algo inusual en los tiempos que corren, pues este establecimiento se rige por una especie de código de honor de sus clientes.
«Lo sorprendente es que la gente ha sido muy honesta en todo este tiempo»
Cuando los clientes llegan a The Vault son ellos mismos los que tienen que prepararse el café o el té, servirse un pastel, unas patatas o un helado, para después mirar los precios y dejar el dinero en el mostrador a través de una ranura o pasar la tarjeta del banco por un lector, según informa «Huffington Post».
El establecimiento se abrió hace tres años y medio en el edificio de un antiguo banco. «Lo sorprendente es que la gente ha sido muy honesta en todo este tiempo», aseguraba David Brekke, dueño de la cafetería con su esposa, Kimberly, a la cadena KVRR. "Cuando al final del día compruebo cuento han consumido y cuanto dinero han depositado en la caja, compruebo que los clientes han sido un 15% más generosos», añade.
Por si no fuera poco, The Vault tiene otros atractivos para atraer a los clientes, como son sus dos pianos, sus obras de arte a la venta y una pequeña biblioteca.
Con información de ABC