FOTO: Clarín |
De acuerdo con la información del diario argentino Clarín, la mujer reconoció que para cada abrigo necesitaba de, al menos, unos 30 gatos. En su casa habían 20 abrigos, lo cual significa que mató a unos 600 felinos.
El rotativo aseguró que la mujer de la tercera edad confesó el delito, luego de que la policía atendiera el llamado de varios vecinos, quienes denunciaron la desaparición de los felinos.
Según Clarín, la mujer -que remite a Cruella de Vil en 101 dálmatas- atraía a las mascotas con comida, pero no cualquier alimento: eran los restos de los gatos que había matado anteriormente.
Pero la historia no acaba aquí: los vecinos de la anciana observaron que la mujer salía a la calle con abrigos, cuyo pelaje se les hacía familiar.
Aunque en un inicio ella negó haber dado muerte a los gatos del barrio, los vecinos contrataron a un detective, que la grabó atrapando a un gato.
Con información de Clarín / Teletica