“Es preocupante, el uso de la fuerza innecesaria. Sobre todo cuando hubo un proceso legal”, comentó José Manuel Escobedo, director de políticas de la Red Fronteriza de Derechos Humanos (BNHR).
En el video, que se ha vuelto viral, el agente José Flores dispara contra el fisiculturista Daniel Sáenz mientras éste yace en el suelo, luchando por incorporarse.
Minutos antes, Sáenz ha sido sacado del centro de detención donde lo mantenían a rastras. Su comportamiento es errático. Parece desmayado. Tiene los pantalones abajo.
En determinado momento, el deportista parece recuperar el sentido y actúa agresivamente. Cuando Sáenz tira a los dos custodios que intentan someterlo, Flores saca su Glock semiautomática de la funda derecha y dispara a la altura los hombros.
Flores luego enfunda su arma, saca su pistola Taser amarillo y da un toque a Sáenz, que está boca abajo, sangrando y convulsionando. El fisiculturista empieza a patalear por unos segundos hasta que deja de moverse, mientras la sangre se extiende en el suelo.
Flores intenta aplicar resucitación cardiopulmonar (CPR, por sus siglas en inglés) mientras llegan los servicios paramédicos y parecen contener la hemorragia, pero moriría al poco rato.
La víctima, Daniel Sáenz. |
Sáenz había sido detenido ese mismo día después de que presuntamente atacó a un oficial fuera de servicio y personal de Del Sol Medical Canter, donde fue llevado después de exhibir un comportamiento extraño en una tienda de comestibles.
Como defensor de los derechos humanos, José Manuel Escobedo, señaló que “debe haber un mecanismo independiente, donde varios sectores de la comunidad podrían ayudar a la investigar este tipo de casos de manera independiente y darle la confianza de que todo se ha hecho en orden.
“Proponemos algo similar con la Patrulla Fronteriza”, dijo.
Escobedo cree que actos similares se podrían prevenir si se realizaran auditorías no sólo de las prácticas y políticas, de este tipo de instituciones sino de la supervisión de sus trabajadores.
“Para ello se debería conformar con líderes de la comunidad religiosa, representantes de comercio, de la sociedad civil, académicos, además de las instituciones de la ley”, reflexionó.
En enero de este año, un gran jurado determinó que no se dispondrá de “ninguna acción” en contra Flores de El Paso que disparó y causó la muerte de un fisiculturista en marzo del año pasado.
La muerte de Sáenz fue clasificada como homicidio en el reporte forense realizado a unos días después de los hechos que fueron investigados por los Texas Rangers, la Unidad de Crímenes Contra Personas y el Equipo de Revisión de Tiroteos de EPPD.
El dictamen establecía que el hombre de 60 pulgadas de estatura y 217 libras de peso, había muerto por una herida de bala en el hombre izquierdo, además su cuerpo presentaba abrasiones y hematomas en las muñecas, brazo derecho, área lumbar, pierna derecha, parpado y mejilla derecha.
El reporte también estableció quemaduras de segundo grado en los glúteos resultado del uso de una pistola eléctrica Taser.
El oficial José Flores se integró a la corporación en abril de 2007; su historial de indisciplinas solo tiene la queja de un ciudadano que reportó la pérdida de sus pertenencias.
En el aspecto positivo, el policía fue reconocido en enero de 2013 —dos meses antes del incidente con Sáenz— por comprarle un paquete de calcetines y unas botas a un indigente que iba a trasladar a un refugio.
Agencias