Muchas personas se quejan de donde viven y encuentran que lo que los rodea es feo y deprimente. Pero si no son habitantes de Norilsk realmente deberían conocer esa ciudad, porque así sus quejas se esfumarían para siempre.
Norilsk es una ciudad industrial ubicada en Krasnoyarsk Krai, Rusia, y es considerada por muchos la peor ciudad para vivir. La urbanización está prácticamente aislada del mundo, la única forma de salir de ahí (sin querer nadar 2 mil kilómetros y sin dinero para un jet privado) es a través de una línea férrea que puede transportar a sus habitantes solo a algunos lugares cercanos.
La ciudad fue fundada en 1935, como un campo de trabajo de esclavos y luego se convirtió en el hogar de personas que trabajan en minería y operaciones metalúrgicas. Esto, debido a que la ciudad es una especie de valle emplazado en las faldas de las montañas Putoran (de alturas cercanas a los 1.700 metros), que son uno de los mayores yacimientos de níquel en el mundo, metal que se funde ahí mismo junto con otros como el cobalto y el cobre.
El diario vivir en Norilsk es extremadamente difícil. La ciudad se encuentra en una zona de continuo permafrost, donde la temperatura cae hasta los -30ºC durante el invierno, pudiendo alcanzar rachas de -56ºC. Entre noviembre y enero, por un periodo de siete semanas, simplemente no sale el sol. En el verano, la temperatura puede llegar a un máximo de 20ºC, pero eso no es suficiente para derretir toda la nieve que cubre el lugar.
Pero eso no es todo. De hecho, el mayor problema del lugar es la contaminación. Cada año, casi cuatro millones de toneladas de cobre, plomo, cadmio, níquel, arsénico, azufre y otros químicos tóxicos son liberados al aire. La nieve generalmente es negra, amarilla o rosada y la lluvia ácida causa estragos en las construcciones y la salud de los habitantes. La concentración de dióxido de carbono en el aire es tan alta que no hay vegetación autóctona en un radio de 30 kilómetros y el suelo está tan contaminado que es viable extraer los químicos del mismo.
La esperanza de vida de los 230 mil habitantes del lugar no alcanza los 50 años. La mayoría de sus pobladores mueren de enfermedades respiratorias, cáncer y graves afecciones a la piel. Tanto así que solo el 4% de la población adulta de la ciudad está realmente saludable.
¿Por qué no se van? Como es de esperarse, la mayoría de los habitantes de Norilsk tienen una situación económica apretada y los precios de los inmuebles en el lugar son demasiado bajos, lo que hace prácticamente imposible que al venderlos obtengan el dinero suficiente para salir del lugar y, de hacerlo igual, llegan a su nuevo hogar con lo puesto.
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