Todos los domingos, cuando el reloj marca las cinco de la tarde, Honduras queda sometida a un toque de queda de comercio etílico que rige hasta las seis de la mañana de los lunes, para prevenir las muertes por la violencia criminal callejera, doméstica e intrafamiliar y los accidentes de tránsito.
La crisis hondureña de inseguridad cerró 2013 con 6.757 homicidios: un promedio de 79 homicidios por cada 100.000 habitantes, 19 al día, 563 al mes y 3.404 homicidios (un 50,4%) ocurrieron sábado, domingo y lunes, según el Observatorio de la Violencia, de la estatal Universidad Nacional Autónoma de Honduras.
El promedio de asesinatos bajó de 85,5 por cada 100.000 en 2012, pero Honduras sigue siendo uno de los países más violentos del mundo. En un intento por atacar el fenómeno, el presidente Juan Orlando Hernández, quien asumió el pasado 27 de enero, emitió el 17 de febrero un decreto que veda el comercio de licores por 13 horas y empezó a regir el domingo 23 de febrero,.
La duda es si la restricción beneficia a un país en el que la inseguridad “tampoco es cuestión de horarios ni de alcohol”, dijo la hondureña Migdonia Ayestas, directora del Observatorio, al alertar que en el trasfondo hay factores socioeconómicos y políticos o de corrupción en estratos policiales o militares. “La veda elude definir cuál es la incidencia o delitos contra la vida cometidos por ingesta de bebidas alcohólicas. Solo toma en cuenta que el 20% de los homicidios en el país ocurre los domingos, que es cierto que son los días más violentos”, declaró, en una entrevista con EL PAÍS.
"La violencia tampoco es cuestión de horarios ni de alcohol", dice una analista de seguridad
“Es necesario definir si las muertes de los domingos son por consumo de licor. Esta no es una medida que solucione. Pude comprobar que cuando iba a entrar a regir la ley, la gente se abasteció de licores. Mientras yo hacía fila para pagar en un mercado, vi a un hombre que iba delante que le advirtió a la cajera que ‘lo sano’ era lo mío y que ‘lo malo’, todo el licor, era lo de él. El hombre llevaba gran cantidad de cervezas”, explicó. “Eso es lo que la gente está haciendo”.
Con datos del Observatorio, reveló que de 7.172 homicidios que ocurrieron en 2012, con 598 al mes y 20 diarios y 52.3% registrados en sábados, domingos y lunes, solo 7,2%—cerca de 516—fue por riñas y apenas en 137 casos estuvo presente el factor licor. “Un tipo al que le pagan para matar, ¿va a tomar alcohol? En ese momento necesita la perfección y no toma alcohol”, narró.
La Policía de Honduras aseguró que en las 13 horas de prohibición de comercio etílico del 23 al 24 de febrero hubo 29 muertes violentas en todo el país, “mientras el promedio que hemos establecido en el Observatorio es de 19 diarios”, adujo Ayestas.
No obstante, el subcomisionado Julián Hernández, vocero de la Policía, afirmó en otra entrevista con este periódico que “la regulación ha sido efectiva”.
“Las detenciones de los que, por ingesta de licor, cometen violencia intrafamiliar y doméstica, homicidios y accidentes de tránsito, aumentan los fines de semana. La mayor incidencia es en los domingos, precisamente a partir de las cinco de la tarde hasta el día siguiente”, informó.
El número de arrestos de personas ebrias por causar incidentes diversos disminuyó de 200 en los domingos y lunes previos a 83 en la primera jornada y 70 en la que rigió del 2 al 3 de marzo, en la que se contabilizaron 17 muertes violentas, aseveró.
“No es lo mismo que alguien tome en su casa, a que ande bebiendo públicamente”, afirma la Policía
Antes de la “ley seca”, había hasta cinco muertos de las cinco de la tarde de los domingos a las seis de la mañana de los lunes en accidentes viales con choferes que consumieron licor, mientras que desde que el plan está en ejecución no ha habido víctimas fatales en percances de tránsito en ese lapso con ebrios, según el vocero. Los arrestos por violencia doméstica se redujeron de 15 a tres en los mismos plazos, recalcó.
“Una persona ingiere licor, escandaliza, llega a la casa, golpea a la doña y hace problemas a familias vecinas. Si hay menos ebrios en las calles, habrá menos posibilidad de violencia doméstica o intrafamiliar”, alegó.
Sobre la alternativa de que la población se aprovisione de licores y consuma en sus hogares y en mayor cantidad, contestó que “no es lo mismo que alguien tome en su casa, se emborrache y caiga en su cama, a que ande bebiendo públicamente”.
La orden ha impactado también al fútbol hondureño, ya que los juegos dominicales de la categoría mayor empiezan a las cuatro y media de la tarde. “Como la orden entra en vigencia a las cinco, en el primer tiempo la gente toma y se echa sus cervecitas, aunque en el segundo ya no hay venta de licor. Eso disminuye la violencia, porque siempre hay escándalos y lesionados en los partidos, al calor de los tragos, en discusiones entre rivales. Ya no, porque la gente no anda con bebidas alcohólicas”, relató.