Todo comenzó cuando este usuario se percató que su Smart TV, que estaba conectado a Internet, empezó a mostrar anuncios en la pantalla de inicio. El usuario comenzó a recorrer los menús del televisor hasta que encontró una funcionalidad que se encontraba marcada por defecto y que consistía en recopilar información sobre los contenidos que el usuario visualiza en el televisor.
Después de haber encontrado esto, el usuario procedió a desactivar dicha opción. El usuario no satisfecho con haber encontrado esto decidió seguir recorriendo los menús del televisor buscando más configuraciones similares que estuviesen activadas.
Después no haber encontrado nada, el usuario siguió monitorizando el tráfico generado por el televisor.
Esté o no activada la funcionalidad, los Smart TV de LG recopilan información
Tras analizar las tramas enviadas con un programa que captura el tráfico de las interfaces de red, el usuario pudo ver que a pesar de estar la opción desactivada el SmarTV continuaba enviando datos procedentes del visionado de canales que hacía el usuario. Se trataba de información que no iba cifrada y que poseía el ID del canal que estaba siendo visualizado y el identificador único de cada dispositivo LG.
Pero esto no acaba aquí, y que también se comprobó que los ficheros que se encontraban en un disco duro USB que se encontraba conectado al televisor inteligente también eran enviados.
La respuesta de LG: la culpa es del comprador por aceptar los términos
Así de radical ha sido la respuesta de la compañía ante la consulta del usuario, afirmando que la queja debe dirigirse contra el establecimiento que vendió el televisor y no contra la compañía.
Primero los ordenadores y ahora los televisores. ¿Qué va a ser lo siguiente con lo que las compañías nos controlen?
