Pascuala Namictle es una indígena náhuatl de la comunidad de Tequila, Veracruz. Tiene 27 años y una hija de cuatro. Hace dos años a su pequeña Ana María le dio diarrea y vómito, ella la llevó al Centro de Salud de la comunidad de Poxcautla.
Ahí le advirtieron que la niña se iba a morir, "como me dijeron que estaba muy grave, me la llevé al hospital, se curó, pero cuando salimos me la quitaron".
Personal del Sistema DIF la acusó de maltrato. A Pascuala su mamá la abandonó a los 13 años y desde entonces ha tenido que trabajar limpiando casas. No sabe leer y tampoco escribir. El papá de Ana María se fue cuando se enteró que Pascuala estaba embarazada y nunca la ayudó.
Así que dejaba a su hija en su cuarto cuando se iba a trabajar. "La niña no se quedaba sola, la dejaba con mi madrina que es la que me ayuda.
"El licenciado Rogelio Castaño Martínez (procurador de la Defensa del Menor y la Familia en Tequila) me ofreció 50 mil pesos por dejarle a la niña cuando salimos, me dijo que iba a estar muy bien en la guardería con otros niños, que le iban a dar de comer, pero yo le dije que no la regalo ni la vendo, luego ya me llevaron a la cárcel".
Pascuala terminó en prisión con una sentencia de dos años por abuso de menores. En el Centro de Readaptación Social de Zongolica pasó unos meses. Sentía angustia, le preocupaba mucho su hija.
"En la cárcel me desesperaba mucho, yo no quería estar ahí, pero me llevaron a la fuerza y pensaba en la niña".
La Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) analizó su caso y comenzó a gestionar los trámites para liberarla el pasado 18 de abril. Pascuala dice que hace tres meses pudo salir de la cárcel, cuando se pagó una fianza de 11 mil pesos que antes no había podido costear.
Ahora va todos los días al DIF de Tequila para poder ver a Ana María, pero "el licenciado Rogelio es el que no quiere, ya me dijo que se la va a llevar lejos donde yo no la pueda ver Hasta ahorita yo no la he visto.
El Universal
