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| PASAJE. Una recreación del túnel bajo la Pirámide de la Serpiente Emplumada de 103 metros de largo. |
Los teotihuacanos hicieron una recreación del inframundo en el túnel que recorre el subsuelo de la Pirámide de la Serpiente Emplumada: en sus paredes incrustaron materiales metálicos molidos para simular las estrellas y construyeron dos cámaras laterales donde depositaron ofrendas, posiblemente para sus gobernantes, explica el arqueólogo Sergio Gómez.
El investigador del INAH señala que el túnel está a una profundidad de hasta 28 metros y su largo es de 103 metros. “Tenemos la hipótesis de que al final de este camino subterráneo se encuentra una cámara, próxima al centro de la pirámide, donde puede haber más ofrendas y de mayor tamaño o los restos de uno o varios gobernantes, de acuerdo con el mito del inframundo, que lo describe como un lugar lleno de riquezas simbólicas”.
Estos son los últimos datos que arrojan las investigaciones del Proyecto Tlalocan, dirigido por Sergio Gómez, que lo inició desde 2009 y pretende terminar a principios de 2014, con la exploración de la cámara central y saber que hay en ese sitio.
Los resultados fueron dados a conocer en la conferencia “Descubrimiento y exploración del túnel bajo el templo de la Serpiente Emplumada, como parte complementaria de la exposición Teotihuacán. Tres pirámides en el paisaje ritual, en el Museo del Templo Mayor.
RESULTADOS. El investigador detalla que la entrada al inframundo recreado por los teotihuacanos está en la parte oeste de la Pirámide de la Serpiente Emplumada. El túnel es explorado con la ayuda de un georadar y los robots Tlaloque I y Tláloc II.
De acuerdo con Sergio Gómez, las primeras conclusiones e e hipótesis sobre el entierro de gobernantes, tienen sustento tras descubrir que La Ciudadela fue concebida como un escenario ritual, “preparada para ser inundada y formar un espejo de agua, que representara el mar primigenio, de tal forma que el Templo de la Serpiente Emplumada representaría la montaña que emergió del mar primario, dentro del mito de la creación”.
Es por esto que los drenajes de La Ciudadela fueron sellados, luego de su construcción hacia el año 200 o 250 d.C., con los cadáveres de individuos sacrificados, con la finalidad de inundar el espacio en temporada de lluvias y hacer alusión al mar primigenio.
En este caso, explica el especialista, el espacio que alberga la Pirámide de la Serpiente Emplumada buscaba representar lo celeste, la tierra y el inframundo.
“El mar primigenio era el espejo de agua que se formaba, la Pirámide de la Serpiente Emplumada representaba la montaña sagrada y debajo de ella una montaña de agua, que representa el origen de la humanidad, para dar paso al inframundo. Y en él se realizaban actos rituales de investidura divina que servían para legitimar las estructuras del poder.”
El planteamiento del antropólogo es que en el ducto subterráneo se llevaban a cabo los rituales a través de los cuales se transmitía el poder, bajo la concepción de que eran las deidades mitológicas quienes lo otorgaban.
“Por eso imaginamos que cuando un gobernante moría, sus restos eran colocados en ese túnel y entonces el nuevo gobernante adquiría su nombramiento a través de todo un ritual divino. Y cuando subía a La Ciudadela, el rango terrenal, llevaba consigo las virtudes de las deidades del inframundo”, explica Sergio Gómez.
Finalmente el arqueólogo indicó durante los trabajos de excavación se han encontrado alrededor de 70 mil objetos de diversos materiales como pizarra, piedras verdes y en una de las cámaras se localizaron esferas de pirita, hematita y magnetita, así como máscaras de madera, cuchillos de obsidiana, o jarras Tláloc.
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