El mercado inmobiliario de Reino Unido ha alcanzado un récord con la venta de un ático de lujo junto Hyde Park, en Londres. La operación se habría cerrado en 140 millones de libras (170 millones de euros), según informan en fuentes conocedoras de las negociaciones ya que la cifra oficial no se ha hecho pública. El precio, en cualquier caso, convierte al inmueble en el piso más caro vendido hasta la fecha, según informa Reuters, que añade que también enciende las alarmas de nueva burbuja en el sector.
El apartamento en cuestión roza los 1.500 metros cuadrados, no está amueblado y está en la zona residencial más exclusiva de la capital británica, en el complejo One Hyde Park, diseñado por el arquitecto Richard Rogers, y disfruta de espectaculares vistas sobre la ciudad. Hasta la fecha, el piso más caro que se recuerda fue el adquirido por el ucranio Rinat Akhemtov, que desembolsó 136 millones de libras (165 millones de euros) por un ático y un apartamento en la misma urbanización con el objetivo de hacer de ellos una única vivienda. En Manhattan, el récord lo tiene otro ático, comprado por el ruso Dmitry Rybolovlev para su hija Ekaterina, de 22 años. La transacción se cerró en 88 millones de dólares (casi 67 millones de euros).
El nuevo inquilino de One Hyde Park sería un multimillonario del Este, lo que implica un amplio abanico de posibles candidatos de Rusia, Oriente Medio o China. Estos colectivos han sido muy activos en los últimos meses en el mercado inmobiliario de Londres. Su adinerada demanda, de hecho, explica que los precios estén subiendo ya a los mismos ritmos de antes de la crisis financiera con tasas interanuales del 10,9%, según datos de abril.
Precisamente, uno de los propios promotores del complejo One Hyde Park alerta de que los precios están alcanzando niveles insostenibles. "Estamos en pleno boom y con los precios más altos que hayamos visto", ha reconocido a Reuters Nick Candy, responsable del proyecto. "Hay preocupación sobre el hecho de que el mercado este sobrevaluado. Todos piensan que el mercado en el centro de Londres va bien y se está contagiando este optimismo al resto del país, pero algunos de los precios que se están alcanzando son seguramente irreales y no sostenibles".
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