La noche del miércoles, Daniel “N” ingresó al Metro Copilco para dirigirse a su casa luego de que concluyeron sus clases en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El joven entró a la estación con sus compañeros de clase Ariel “N”, de 22 años de edad, Ricardo “N”, de 23, y Juan “N”, de 25, quienes habían bebido.
Los cuatro caminaban por el andén para abordar uno de los vagones con dirección a Indios Verdes.
En la zona central del andén, jugaban a las “fuercitas” según dichos de testigos recabados por la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF).
A las 22:15 horas, Daniel Dereck, de aproximadamente 25 años de edad, quien vestía camisa negra, pantalón y zapatós cafés, cayó a las vías y fue arrollado por el tren.
Luego del accidente, las tres personas que lo acompañaban salieron de la estación, pero fueron detenidos por la patrulla P5676.
En el interior de la estación, elementos de la Policía Bancaria e Industrial (PBI) coordinaron las acciones para tratar de rescatar al joven; ordenaron cortar la energía eléctrica y desalojaron a los pasajeros de los vagones.
Al lugar llegaron paramédicos del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM), a bordo de la unidad A8-007, para verificar el estado del estudiante, quien ya había fallecido.
Minutos más tarde, arribó personal de Protección Civil de la delegación Coyoacán, para apoyar en las labores de rescate del cuerpo.
Los detenidos fueron remitidos al Ministerio Público localizado en las calles de Zarco y Violeta, en la colonia Guerrero para rendir su declaración.
Siguen las pesquisas
Agregó que el uniformado que vio los hechos a través de la cámara de video vigilancia, también será citado para que declare.
Familiares de Ariel, Ricardo y Juan acudieron a Zarco y Violeta para esperar noticias sobre los jóvenes detenidos.
“Llegamos desde la mañana y no nos han dejado verlo ni hablar con él. Aún no sabemos nada”, dijo el padre de uno de los arrestados, quien prefirió no dar el nombre de su hijo ni el suyo.
El tío de otro de los asegurados mencionó que tampoco le han permitido ver a su sobrino: “Estoy esperando a sus padres que vienen de lejos, porque estaban de viaje”.
La espera de los padres, tíos y hermanos de los estudiantes ha durado largas horas. Recargados en postes, árboles y autos, se mantienen alerta frente a la agencia, esperando que las autoridades les permitan el paso para hablar con sus hijos y conozcan su versión de lo ocurrido.
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